El Real Madrid afronta el 2026 con más dudas que nunca y la Supercopa para ser el punto de inflexión a un proyecto que no ha arrancado como se esperaba. Aunque muchos consideran que Xabi Alonso debería gozar de más tiempo para poder exprimir esta plantilla, el club blanco, históricamente, no acostumbra a tener paciencia. Es más, son muchos los que consideran que el técnico vasco debería estar ya fuera de la capital de España, quizá la falta de un sustituto de garantías le haya salvado de la quema, o quizá la directiva mantenga un hilo de esperanza de cara a 2026. El año comienza fuerte, una prueba dura, quizá la última, un título en juego, y esa es la esperanza, la de saber que estos jugadores darán un paso al frente ante los grandes para levantar el primer trofeo del año, ADN Real Madrid, el que se crece ante las adversidades, el que se crece cuando nadie confía en ellos, lo que le ha convertido en lo que es, el club más importante y laureado de la historia del fútbol.
Xabi Alonso y un proyecto agonizando
El proyecto de Xabi Alonso está en UCI, agonizando, algunos lo dan por sentenciado, pero sigue vivo, y la Supercopa se presenta como el momento decisivo para el devenir del entrenador vasco. Esto es lo que tiene el Real Madrid, que puede ser capaz de sobrevivir en cualquier momento, porque aun estando como está, sigue compitiendo por títulos, y en poco más de dos semanas se juega el primer de la temporada. Y os rivales que tendrán en frente pueden ser la medicina que necesita el equipo para revivir. Porque primero será el Atlético de Madrid, un equipo que ya ha dejado en la lona a los blancos esta temporada, quizá el partido que ponga en juego la continuidad de Xabi Alonso. Si se gana ese, tendrá más opciones de seguir, dependerá de si el Barcelona (que debería eliminar al Athletic en la otra semifinal) es el del año pasado o es el de este año, independientemente del resultado final.
Como decimos, se juega la vida principalmente en el primer partido, porque después de un inicio de temporada, donde el equipo ha ido de más a menos, donde ha perdido el vestuario, con un equipo que no hace lo que él le pide, que no juega a nada, que no defiende, que no es solidario, que ha perdido 9 puntos en cinco partidos, la paciencia se está acabando. Tiene a su favor que parece haber recuperado en parte el vestuario, por lo menos, esa es la imagen que se proyecta, pero la confianza del presidente pende de un hilo.
El Real Madrid de los grandes momentos
Suena a tópico, quizá lo sea, pero no por ello deja de ser real. El equipo blanco ha demostrado a lo largo de se historia que está capacitado para levantarse, para imponerse ante cualquier adversario sea cual sea el momento. Siempre se habla de que estos jugadores no dan la talla en partidos poco importantes, pero cuando llegan las grandes citas, se enciende ese gen competitivo de los grandes futbolistas, ese gen ganador, ese olor a título que tantas ganas despierta en los futbolistas blancos.
Y estos jugadores tienen mucho que demostrar, más de lo que ellos se piensan, porque ya han ganado cosas importantes, pero lo han hecho bajo el paraguas de una generación extraordinaria que ya no están, y ahora les toca a ellos comerse el chaparrón si fallan. Ya no están los Kroos, Modric o Benzemza, los últimos espadas de un Madrid brillante que se perdió en las últimas temporadas, y que ya va siendo hora de que se encuentren.
El orgullo de los jugadores
El primer rival será el Atlético de Madrid, y aquí es donde la directiva y el cuerpo técnico espera que los jugadores tiren de orgullo. Porque los rojiblancos endosaron la primera derrota de los blancos esta temporada, un doloroso 5-2 que comenzó a dinamitar el ben comienzo de temporada. Fue una manita del vecino, hacía 75 años que no sucedía tal revolcón de los colchoneros. Es de esperar que alguien en ese vestuario les recuerde ese partido, les muestre la puñalada que supuso para los madridistas, para que les valga de motivación, para que salgan al campo a igual las fuerzas de un Atlético de Madrid que todo el mundo sabe como saltará al césped. Porque estos partidos no solo se ganan con calidad, también se ganan con el alma.
No queda otra que agarrarse a esto, a Xabi Alonso no le queda más remedio que esperar que sus jugadores salgan al terreno de juego a morir por el escudo, a morir por una afición desencantado con esta nueva generación de futbolistas que parecen estar más pendientes de otras cosas antes que de jugar al fútbol. Toca demostrar que esa unidad del vestuario que se está vendiendo en las últimas semanas, se plasme sobre el terreno de juego. De ello dependen que el equipo salga de la UCI, de ello depende que el proyecto de Xabi Alonso siga adelante, que no se quede en el recuerdo de lo que pudo ser, y lo que acabó siendo.
Una final para lanzarse a por la temporada
Si se pasa ese primer obstáculo, esa primera montaña, lo normal es que el Barcelona sea el rival en la final – se sabrá antes del partido ante el Atlético porque juegan el día antes- pero al Athletic Club no hay que darle por muerto a partido único. Los de Flick destrozaron al Real Madrid el pasado año, 4 de 4, y 4 goles por partidos, una sangría de goles. Este año, los blancos lograron su primera gran alegría derrotándoles en el Bernabéu, una victoria que quedó en segundo plano por Vinicius, por cierto, ante un Barça que no estaba al nivel de ahora, con muchas bajas, así justificaron muchos la derrota, como si los blancos no llevaran tres años arrastrando problemas de lesiones.
Llegar a esa final sería una bocanada de aires fresco para Xabi Alonso, momentánea, porque ahora tocaría dar la talla ante el eterno rival. Uno de los momentos clave de esta temporada, porque será la forma real de medir si este proyecto, por muy mal que esté funcionando, tiene opciones de salir a flote en el último momento, justo antes de que comience el segundo tramo de la temporada, cuando los títulos que realmente importan comienzan a estar en juego.
¿Última vida de Xabi Alonso?
Para muchos, esta será la última vida de Xabi Alonso. Si logra sobrevivir, lo hará hasta final de temporada. A su favor tiene que no parece que haya un sustituto de garantías para relevarle en el cargo, se habla de Arbeloa, pero se duda que pueda mejorar el trabajo de Xabi Alonso y, además, consideran que está haciendo un excelente trabajo en el Castilla, al que puede devolver a la segunda división.
Se habla de que Solari podría hacerse cargo del equipo hasta final de temporada, también Zidane, pero no parecen opciones reales para hacerse cargo del banquillo. Las opciones son limitadas, y eso podría salvarle hasta final de temporada, o no. Todo dependerá, en gran medida, de lo que ocurra en este inicio de año, en una Supercopa donde podría acabar de definir su proyecto con el Real Madrid.






