En la Fórmula 1 hay muchos niveles. Y probablemente Leclerc los cumpla todos. No solo porque sea uno de los pilotos más en forma de la parrilla, sino porque reúne el talento y el saber hacer para ser uno de los más grandes. Aunque Ferrari diga lo contrario.
Charles Leclerc se encuentra en su séptimo año vestido de rojo Ferrari. Ni uno, ni dos, ni tres. Siete años donde, en todo este tiempo, todo lo que se las prometía ha divagado en el tiempo. Llegó como compañero de Sebastian Vettel en 2019 ocupando la vacante de Raikkonen, que se marchaba a probar aires nuevos a Alfa Romeo, de dónde él salía. Había entrado como el piloto revelación de la F1, el que estaba destinado a cambiar la historia de Ferrari. Pero…
Leclerc sigue sin ver gloria en Ferrari, y ya va para 7 años
Tras primero salir Vettel, y luego Raikkonen, nada ha cambiado. Leclerc sigue sin ver la gloria en Ferrari, y no por ningún mal suyo, sino de su equipo. Exceptuando 2022, donde dieron síntomas muy parecidos de tener el mejor coche durante al menos las diez primeras carreras, cuando llegaron a disputar seriamente hasta entonces el título a Verstappen, el equipo de Maranello arrastra unas temporadas de grave crisis de la que nada es capaz de poner solución. Tampoco los pilotos, y mucho menos Hamilton.
La realidad es que los directivos de la marca, John Elkann y Benedetto Vigna, habían creído en el proyecto de Fred Vasseur: volver a ganar el Mundial en el último año del actual reglamento, el de los coches de efecto suelo. Todo antes de iniciar el nuevo ciclo reglamentario. Y lo cierto es que, hasta el momento, la temporada 2025 está siendo un desastre, y Leclerc y su entorno empiezan a sospechar que se vienen tramas peores.
El SF-25 ha nacido mal, pero sobre todo no puede seguir el ritmo de las mejoras del resto de la zona alta. Este monoplaza rojo, que fue completamente rediseñado a partir del SF-24, debía ofrecer opciones de desarrollo que no se han materializado. Pero el efecto ha sido totalmente el contrario. Sin objetivos, sin premisas, la temporada ha virado completamente en una temporada en la que realmente se ha fracasado.
Ferrari se ha hundido más aún
El objetivo era luchar por el título, esta vez sí. Sobre todo sabiendo que habían terminado el pasado 2024 con un coche realmente fuerte capaz de plantar cara a McLaren en las últimas carreras del año. Pero nada de eso ha ocurrido. Y, de no ser por la falta de pilotos que corren en Red Bull, y por las machadas de Charles en carreras como la de Mónaco o el super podio en Arabia Saudí y Barcelona, Ferrari se habría hundido más aún; posicionándose con el cuarto lugar en el Mundial de Constructores, también por detrás de Mercedes.
La presión por los resultados empieza a hacer mella; en la escudería y en Frederic Vasseur. La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari es cosa suya y es muy ilusionante para los tifosi. Pasada la excitación inicial, lo que quieren ya son victorias o, como mínimo, un coche capaz de pelear de tú a tú con el mejor. De momento, se ven destellos de competitividad, pero ni de lejos un monoplaza con potencial de campeón del mundo. Los Ferrari, con el tercer lugar del monegasco en España, acabaron a medio minuto de distancia del ganador Oscar Piastri. Y eso es más preocupante aún. El monegasco exprime su coche hasta el límite, dando lugar a posibles errores de pilotaje–como el de Miami o en Canadá- que lo condenan más aún.
Es ahí, por tanto, que Leclerc comienza a moverse para no verse más perdido. Desde Italia se informó que ha empezado a considerar una salida del equipo. Y lo haría, presumiblemente, activando la cláusula que estipula su actual contrato, el cual firmó en su última renovación desde 2024 hasta 2029. O lo que es lo mismo; el piloto se sentaría a revisar la situación para cambiar de aires, como informó la prensa italiana en la previa del Gran Premio de Canadá de este fin de semana.
Leclerc se cansa de los altibajos
Leclerc se ha cansado de los altibajos que ha experimentado el equipo en las últimas temporada, y ha comenzado a tantear otras posibilidades, como la que podría tener abierta Mercedes si Russell no renueva o sale a otro destino; incluso Red Bull, si Max Verstappen decide hacer lo propio, así como a valorar las cláusulas de salida que recoge su contrato. Aquí, el cambio de normativa de la próxima temporada es un factor clave, pero si hasta entonces no ve algo que le llame la atención, es bastante probable que obtenga otro asiento en otro equipo o proyecto.
El nacido en Mónaco, que fue fichado por Ferrari desde las categorías inferiores, haría poner fin a una historia de amor con los tifosi, que le apodaron ‘El elegido’ para devolver a la Scuderia al lugar que merece. Pero el caso es que no ganan un título desde 2008. Se acercan peligrosamente a los 20 años de sequía, la misma de la que venían cuando Schumacher protagonizó aquella época dorada desde 2000 a 2004.
Ferrari ya no ilusiona
Lo que es cierto, con los resultados en la mano, es que no hay a algo a lo que agarrarse. En Mónaco se cumplió un año del emotivo triunfo de Charles Leclerc en su casa, el último de su cuenta particular. Lo hizo con un gran Ferrari que, junto a Sainz, terminó la pasada campaña con cinco victorias y un apretado subcampeonato de constructores. Sin embargo, el SF-25 se ha descolgado de la pelea con McLaren y Verstappen. Sufren tanto en ritmo de carrera como a una vuelta.
Algunos apuntan a los meses de paréntesis desde que se marchó Cardile como director técnico (julio) hasta que llegó Serra (octubre), mientras que otros cuestionan los agresivos cambios en el monoplaza de este año, con una suspensión delantera rediseñada. Esto, cuando la mayoría de sus rivales optaban por evoluciones controladas para no tener que reaprender el comportamiento de sus monoplazas.
En caso de que al término de esta o de la siguiente temporada Charles Leclerc decida marcharse del equipo, se sumaría a otros muy pocos pilotos en la historia de Ferrari que optan porque salir sea lo mejor que puedan hacer para su futuro, y para ganar.
O al menos intentarlo en un sitio con un proyecto que dé ilusión. «Necesito ganar el campeonato del mundo«, decía el piloto a inicios de la temporada 2024. «Aquí hemos hecho cambios para hacerlo realidad, pero no corremos solos. Hay 9 equipos más que pelean por lo mismo. Tenemos que estar despiertos para conseguirlo«, esgrimía. Y, hasta entonces todo ha seguido más o menos la misma tónica: empezar relativamente bien para pelear, únicamente, por ser subcampeones del mundo. Como en los tiempos de Fernando Alonso, sin ir más lejos…
El último que tomó la puerta por su cuenta y riesgo fue, precisamente, Fernando Alonso. El español saltó del barco de Ferrari en 2014 después de cinco años sin ganar, y con un equipo que solo iba a peor. Quería probar suerte para construir una ilusión nueva.
Entonces, fichó por un nuevo proyecto como era McLaren-Honda en 2015. Tambien Alain Prost, en 1992, cuando expresó su mítica frase criticando el rendimiento de su coche: «Fue como conducir un camión”, dijo tras competir en el GP de Japón, su última carrera con Ferrari. Anteriormente Nino Farina, el primer campeón del mundo de Fórmula 1, en 1950, entonces con Alfa Romeo. Con la marca de ‘Il Cavallino Rampante’ logró solo una victoria y cinco podios (en tiempos en los que se disputaban nueve carreras), pero nunca fue campeón. Charles Leclerc no se quiere ver en las mismas y ya busca nuevos caminos.