Si el Real Madrid ganó a Osasuna por la mínima en su estreno liguero esta temporada, es porque el equipo trabajó y luchó ante un gran rival que no iba a poner las cosas nada fáciles en el Santiago Bernabéu. Los focos y las portadas se las lleva Kylian Mbappé, debido a su gol desde los once metro y porque él mismo fue el que forzó el penalti. Sin embargo, la victoria de los de Xabi Alonso no se entendería sin la solvencia, la seguridad, la convicción, la personalidad y la calidad de Dean Huijsen.
El joven central español se presentaba en Chamartín como una de las grandes sensaciones y noticias del club blanco en el pasado Mundial de Clubes, ya que sus actuaciones fueron muy positivas y dejaron un gran sabor de boca a la afición, a Xabi y al cuerpo técnico del mismo. La autoridad con la que se impuso en cada duelo, en cada partido y en cada entrenamiento, propició que el técnico tolosarra apostase de él desde el inicio, relegando a Asencio a un segundo plano, que no tuvo suerte en los primeros partidos del torneo.
Ahora, Huijsen se ha ganado al Bernabéu y él solito se ha metido a la afición en el bolsillo. Ante Osasuna, fue uno de los mejores jugadores del partido, dejando claro que es el líder de la defensa y forma una pareja de centrales con Militao, antológica. Con apenas 19 años, el madridismo tiene la impresión de que Dean tiene 29 y que por lo tanto, lleva jugando en el Real Madrid desde hace 10 años. La personalidad mostrada sobre el verde y los conceptos tácticos que muestra, son las claras señales de que Xabi tiene central para la próxima década.
Disputó los 95 minutos, dio 114 pases, realizó con éxito 16 balones en largo de 17, se anticipó hasta en 7 ocasiones, ganó 7 duelos y tuvo una precisión del 94%. En todas las facetas del juego estuvo impecable, lo bordó durante todo el encuentro y se mostró con confianza para dar indicaciones a los suyos. Además, Dean es el jugador de campo de los 820 que hay en LaLiga, en la Premier League y en la Ligue 1, que en la primera jornada completó más balones en largo. Nadie hizo más que él. Unas estadísticas abrumadoras y sobrenaturales de un central que está destinado a triunfar en el Real Madrid, tal y como lo hizo su gran ídolo antaño, Sergio Ramos.