La relación entre Vinicius y Xabi Alonso no es del todo buena. Si bien es cierto que con Ancelotti se llevaba -y lo sigue haciendo ahora en la selección de Brasil- a las mil maravillas, con el técnico tolosarra no ha congeniado del todo. Todo viene a raíz del Mundial de Clubes que se disputó en estados Unidos, es las ya famosas semifinales del Mundial ante el PSG. El brasileño iba a ser suplente según se lo comunicó el entrenador madridista al jugador, pero Alexander-Arnold avisó de que no estaba para jugar y fue ahí cuando se le abrió una rendija a Vini y pudo finalmente ser titular, aunque sobre el papel, no estaba en los planes de Xabi.
Ahí comenzó a torcerse una relación de amor-odio, ya que el técnico vasco es un entrenador con mucha personalidad que desde el primer momento avisó que no se casaría con nadie. «El que lo merezca, jugará», sentenció. Un claro mensaje para los pesos pesados del vestuario, insistiendo que nadie era intocable. En la segunda jornada de liga, Xabi sorprendió a todos los madridistas con el ‘banquillazo’ a Vinicius, ante el Oviedo. Era la primera vez en mucho tiempo que el brasileño no jugaba de inicio en el Real Madrid, y desde entonces, las ‘caritas’, los enfados y el malestar de Vinicius con Xabi Alonso, era evidente.
A pesar de que no jugó de inicio, fue decisivo y tuvo un impacto muy bueno en el equipo. Asistió a Mbappé para poner el 0-2 en el Carlos Tartiere y anotó el tercer gol definitivo que cerraba la goleada de los blancos en el segundo partido de la competición. Sin embargo, la cosa no iba a quedarse ahí, ya que el tema se tensó en la primera jornada de la Champions, ante el Olympique de Marsella. Alonso dejó en el banquillo a Vinicius, puso a Rodrygo en su lugar, y las alarmas en la caseta blanca comenzaron a retumbar. No se podía creer nada de lo que estaba pasando, pero el ‘7’ volvió a ser fundamental nuevamente en el partido, provocando el penalti del 2-1 que transformó Mbappé.
Enfado monumental en el Clásico y arrepentimiento
Desde entonces, no hubo ninguna sorpresa más, más allá de la suplencia en Getafe, que se entendía en parte por el viaje de los sudamericanos desde el otro lado del charco, tras el parón. Entró en la segunda mitad en el Coliseum y fue decisivo gracias a su impacto, ya que provocó dos tarjetas rojas -a Nyom y Sancrís-. Sin embargo, el brasileño estalló en el Clásico delante de todo el estadio Santiago Bernabéu cuando Xabi decidió sustituirle. Es cierto que estaba haciendo un gran partido, pero el enfado no se justifica y menos su salida al vestuario después de decir «yo me voy del equipo». Antes de que acabase el encuentro, regresó para celebrar la victoria con los suyos, y pocos días después, pidió disculpas por su actitud al ser cambiado en un comunicado.
«Hoy quiero pedir disculpas a todos los madridistas por mi reacción al ser sustituido en el Clásico. Así como ya lo he hecho en persona durante el entrenamiento de hoy, también quiero pedir disculpas nuevamente a mis compañeros, club y presidente. A veces la pasión me gana por querer siempre vencer y ayudar a mi equipo. Mi carácter competitivo nace del amor que siento por este club y por todo lo que representa. Prometo seguir luchando cada segundo por el bien del Real Madrid, como lo he hecho desde el primer día» dijo su comunicado.