Fernando Alonso se marchó de la carrera de Qatar con un séptimo puesto que, a juzgar por sus palabras, sabía a mucho más que los seis puntos obtenidos. El piloto español destiló una mezcla de satisfacción por la inesperada cosecha y una crítica sutil a las inestabilidades de su monoplaza, que sigue generando incertidumbre incluso en los momentos de calma.
Alonso saborea un séptimo puesto en Qatar que vale más que los puntos
«La verdad es que no sé si hemos tenido setenta y pico puntos en todo el año, en 24 carreras. De repente hemos hecho ocho hoy, este fin de semana. Dos ayer y seis hoy. Muy, muy contento. La verdad es que todas las sesiones han sido dentro del top 10”, explicó el asturiano tras la carrera, reflejando la satisfacción por un rendimiento que, a priori, parecía fuera del alcance del equipo.
Alonso reconoció que, en carrera, el ritmo del coche no era el esperado. «Bueno, no teníamos ritmo, la verdad. Pero como no se puede adelantar en este circuito y la estrategia, estábamos todos ya decididos a parar solamente en las vueltas 6 o 7 y en la 32 porque no te dejaba ningún margen la vida de los neumáticos. Pues ya había que mantener la posición y la verdad es que salió bien”, afirmó. La clave del éxito estuvo, por tanto, en mantener la compostura y ejecutar una estrategia impecable que les permitió maximizar el rendimiento a pesar de las limitaciones del monoplaza.
Un monoplaza al límite: el espíritu «paranormal» del Aston Martin
Cuando fue preguntado por el trompo que protagonizó, Alonso reveló la hipersensibilidad de su coche, llegando a hablar de fenómenos inexplicables. «No, iba tranquilo. La verdad es que tampoco iba empujando al 100%, pero este coche tiene desconexiones… No sé cómo llamarla. Paranormales, ¿no? Hay un espíritu dentro del coche. Entonces, ayer de repente perdí el tren anterior durante 3 o 4 curvas… Hoy fue las ruedas traseras, de repente un latigazo», explicó el piloto de Aston Martin.
Ante ello, el astur subrayó que están constantemente al filo de lo inestable. «Así que somos hipersensibles al viento, hipersensibles a un grado o dos de temperatura. Estamos siempre en el filo de la navaja. Y hoy cometí ese error, pero afortunadamente obtuve mucha suerte de que no hubiese gravilla, que no hubiese nada y que no tuviese un tren de coches detrás. Solo había dos en ese momento», detalló.
Una temporada complicada que termina con lecciones valiosas para Alonso… y para Aston Martin
A pesar de las dificultades, Fernando mostró que su talento y experiencia siguen siendo un activo invaluable. Pero también que sigue habiendo mucha disparidad entre la clasificación y la carrera, como se lamentó. El español reconoció que el séptimo puesto en Qatar se debió a la imposibilidad de adelantar, un patrón visto ya en otros circuitos. «Seguimos teniéndolo [el enfado]. Ha sido un año para recordar. Hemos tenido unas dificultades enormes. Y hoy, incluso, vemos que el coche igual éramos octavos más lentos o novenos incluso», cuenta. «Si todos teníamos la pista libre, creo que hubiésemos acabado mucho más atrás.
La conclusión de Fernando Alonso sobre este y otros Grandes Premios es clara. Pero bueno, clasificamos bien los sábados, hacemos buenas vueltas y luego en el domingo, si el circuito no se puede adelantar, como aquí o como en Singapur también. En Singapur fue un séptimo también. Aquí un séptimo. En otros circuitos que se pueda adelantar, caemos poco a poco para atrás”, analizó.
El español se despide de la temporada con la sensación de haber exprimido hasta la última décima de su monoplaza. El próximo domingo en Abu Dhabi pondrá punto final a una temporada complicada para Alonso, que ocupa el 12º puesto del Mundial y ha tenido pocas oportunidades de sumar puntos. Ahora, toda la mirada está puesta en 2026.