A punto estuvo Fernando Alonso de lograr una hazaña casi impensable en Bakú este sábado. Como ya dijera el piloto de Aston Martin durante el día de ayer, el coche verde mostró problemas de eficiencia, un factor determinante en el trazado urbano de Azerbaiyán. «Necesitas carga aerodinámica y bajo drag en rectas tan largas. No era fácil y lo sabíamos”, explicó Alonso. Pero hoy, rozó el pase a la Q3, casi impensable visto el viernes.
Fernando Alonso pasa del desastre del viernes a rozar la Q3 en Bakú
De hecho, y con interrupciones constantes de banderas rojas, y el viento que azotaba en varias partes del circuito, Fernando Alonso supo mantenerse e ir sorteando obstáculos en cada momento del día, hasta, incluso, los últimos compases de la segunda ronda.
Porque el español estaba dentro de la Q3, pero con el tiempo ya cumplido era eliminado por 0,075, a manos de Yuki Tsunoda, con todo un Red Bull. Rozó la heroicidad de nuevo con un coche que no lo valía ni de lejos. Stroll se quedaba fuera también por una racha de viento que hizo estragos toda la tarde en Bakú.
Y por momento, hasta lo llegaba a realizar casi con holgura, como sucedió en la primera toma. Lo hacía el asturiano como noveno tras una gran vuelta y justo por detrás de Lance Stroll, en un golpe de mano de Aston Martin que no se esperaba en un principio. Finalmente partirá 11º. Así lo decía el piloto.
Se abre la opción de sumar puntos valiosos
«El undécimo está bien viendo cómo habían ido los entrenamientos libres. Al límite de la Q3 y de los puntos, no lo esperábamos. Nunca se sabe, en este circuito siempre pasan cosas inesperadas”, dijo tras bajarse del coche. La gestión de neumáticos medios y blandos durante la clasificación fue correcta, a juzgar por el resultado: “Había que tomar una decisión ya desde los primeros entrenamientos libres. No estamos seguros al 100% de que fuera la correcta. Pero al salir undécimo, no estuvo mal».
Tanto es así que si bien el asturiano vivía otro fin de semana de penar, tras la tarde de este sábado se ha garantizado una oportunidad de pelear por sumar unos buenos puntos. Casi casi como sucedió en Monza. Por la parte de su compañero, una vez más, ha vuelto a superar a Stroll, que concluyó la clasificación en 14º lugar.
«Viendo la posición, es un sabor de boca amargo, porque en la Q2 solo pude dar una vuelta, la última. Siempre piensas que puedes ganar media décima aquí o allá, pero es lo mismo para todos», contaba satisfecho.
«El undécimo está bien viendo cómo habían ido los entrenamientos libres. Al límite de la Q3 y de los puntos, no lo esperábamos»
A lo inesperado
De todas formas, Alonso supo aprovechar sus oportunidades y ‘trasteó’ con las cuatro banderas rojas que presenció en pista para lograr alcanzar la 11ª posición en parrilla. Quizá, si hubiera entrado en acción, podría haber jugado en una Q3 de locura, aunque todo indica que el día de mañana puede ser de lo más interesante. «Igual no todo el mundo ha hecho las vueltas buenas en el momento bueno e igual hemos tenido un acierto ahí en intentar aprovechar las oportunidades. Un poco de suerte también. A ver si mañana podemos aguantar esas posiciones de estar al límite de los puntos», añadía.
Se ha visto a un Alonso mejor de lo que se esperaba con un Aston Martin discreto en este circuito de eficiencia aerodinámica, solo Tsunoda le sacó del top-10 por escasas milésimas. Ahora el domingo se plantea diferente y abierto.
Para la carrera, el español se coloca entre los dos Ferrari y justo detrás de Oscar Piastri, líder del Mundial, y que también se estrelló en Q3 a pocos minutos del final. Algo que ejemplifica en cierto modo la locura que se vivió en las calles de Bakú. Así consiguió Alonso exprimir el rendimiento del AMR25 y la ocasión para lograr alguna hazaña.