El Real Madrid volvió a la carga y trabajó en Valdebebas preparando el encuentro de este miércoles frente al Athletic Club, en San Mamés (domingo, 3 de diciembre, 21:00 horas). Los pupilos de Xabi Alonso, pese al pinchazo en Girona, buscarán levantarse para regresar a la senda del triunfo después de tres tropiezos consecutivos en Liga a domicilio. El siguiente obstáculo pondrá a prueba a un Real Madrid que necesita como el comer una victoria, si no quiere complicarse en la lucha por LaLiga, después de que cediera el liderato ante un Girona que le complicó la vida al cuadro merengue.
La gran novedad en el entrenamiento de la Ciudad Real Madrid ha sido el regreso de de Raúl Asencio a la dinámica del equipo. Así las cosas, los únicos que continúan con sus procesos de recuperación son Dani Carvajal, Dean Huijsen y David Alaba, que aún continúan machacándose en Valdebebas con el objetivo de regresar lo antes posible sobre el verde. En el caso del capitán blanco, Carvajal quiere volver a jugar antes de que acabe el año, pero lo tiene complicado y desde el club prefieren no ir con prisas para no correr ningún riesgo de recaída. Así las cosas, las buenas noticias llegan por fin a Valdebebas y los lesionados poco a poco se van reincorporando con el resto del grupo.
Xabi Alonso sabe de la importancia del duelo de este miércoles ante el Athletic Club, ya que en caso de no ganar, la crisis se agravaría aún más y daría pie a que el Barcelona se pudiese ir más lejos en la clasificación, o que el Atlético de Madrid se acercase aún más en la tabla. Por ello, el Real Madrid se juega una ‘final’ anticipada en La Catedral frente a los leones de Ernesto Valverde, donde precisamente ya la temporada pasada, se dejaron los 3 puntos y el Athletic derrotó con todas las de la ley al equipo que dirigía Carlo Ancelotti.
El trabajo en el día de hoy en la ciudad deportiva de Valdebebas, según informó la web del club blanco, la plantilla comenzó con un calentamiento articular sobre el césped y, posteriormente, llevó a cabo diversos ejercicios de circulación de balón y presión y circuitos de finalización a portería. A continuación, los jugadores realizaron trabajo de finalización y disputaron exigentes partidos de 3 contra 3 en un campo de reducidas dimensiones. «Hay que remar, no queda otra», aseguró el club a este periódico.