Franco Colapinto cerró la última clasificación del año. Una jornada de sábado en Abu Dhabi con una sensación amarga y un diagnóstico directo: el fin de semana se le fue entre las manos y saldrá desde la última posición justo al lado de su compañero Gasly.
Franco Colapinto cerró la clasificación de Abu Dhabi con el Alpine más errático
El argentino, que había comenzado con sensaciones aceptables en los primeros entrenamientos libres, terminó la clasificación sin lograr el rendimiento que esperaba y con el sentimiento de que el monoplaza nunca volvió a ofrecerle el mismo punto de confianza.
Según explicó después de bajarse del coche, la caída de rendimiento fue gradual y desconcertante. En el arranque del viernes, Colapinto se había sentido competitivo, cerca del límite de una pista que exige perfección milimétrica, pero los cambios realizados en el set-up entre sesiones no le aportaron mejoras. Al contrario, desdibujaron lo que parecía una base sólida.
La tercera sesión de libres fue, en sus palabras, “muy dura”. El coche no respondió, los ajustes no encontraron efecto y las referencias que habían funcionado el viernes dejaron de hacerlo. Así llegó la clasificación, con más dudas que certezas y sin un coche capaz de sostener una vuelta limpia bajo presión.
Colapinto tampoco ocultó la otra variable que pesó: los límites de pista. Yas Marina fue especialmente estricto y cualquier escapada, incluso mínima, anuló tiempos claves. Esa situación terminó añadiendo tensión a una sesión que ya venía cuesta arriba. “Los límites son muy duros”, admitió, consciente de que la consecuencia fue quedar sin margen de corrección y sin una vuelta representativa.
«Necesitamos trabajar duro mañana y terminar bien el año. Es un momento importante para el equipo, con Viry (la fábrica de motores) dejando el equipo. Intentaremos darles un buen resultado, mejor que este», contó.
El Alpine de Colapinto fue de más a menos
El argentino admitió además que el equipo vivió un contexto particular. La salida de miembros del proyecto —mencionada de forma sobria— marcó el último fin de semana del año y dejó en el aire la necesidad de cerrar con dignidad y mirar adelante. El objetivo inmediato no fue ocultado: terminar la carrera, rescatar lo posible y poner la vista en 2026.
Sobre el rendimiento, Colapinto resumió el día con una frase clara: el coche fue “de más a menos”. «No llego comprender por qué la pérdida de prestaciones fue tan marcada«, dijo, pero sí dejó claro que el análisis con el equipo será clave para que el patrón no se repita.
El domingo, en Yas Marina, no habrá espacio para errores. Después de una clasificación sin recompensa, Colapinto afrontará la carrera como último ejercicio de aprendizaje de la temporada: comprender, adaptarse y sobrevivir con inteligencia.
«Hicimos algunos cambios más que realmente no me hicieron sentir mucho más cómodo. Creo que la FP1 fue buena, fue sólida y estábamos en una posición decente, no estábamos lejos de la punta, pero luego, a medida que avanzó el fin de semana, empecé a perder ritmo y realmente no llegué a ningún lado».
«Así que creo que hay cosas que entender y aprender, pero ha sido un fin de semana un poco complicado hasta ahora», resumió el de Pilar.
Más que un resultado brillante, buscará un cierre que lo devuelva a su terreno favorito: la gestión en carrera, lejos del caos de una vuelta única. Pero este Alpine tiene pocas oportunidades de sorprender en la última carrera del año.
El argentino no buscó excusas, pero sí acomodó el horizonte. Tocará trabajar, ajustar y volver con una plataforma más sólida para el próximo año. El mensaje final fue corto y sincero: terminar, estudiar y mirar hacia adelante.
