Vinicius lo ha intentado, pero sigue sin dar con la tecla

Mal partido, otra vez, del brasileño

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El futbolista brasileño sigue sin mostrar el nivel que le convirtió en uno de los jugadores más importantes del mundo hace ya temporada y media. En algunos partidos tiene destellos de la gran estrella que fue, pero no, sigue lejos del nivel y de la regularidad que se espera de él. Sus números en los últimos partidos evidencian una realidad que muchos intentan tapar, pero que se ven el césped.

Vinicius se borra del Real Madrid

Con Vinicius ha habido tensión, ha habido desencuentros, pero parece que el ruido que generó le ha valido para que Xabi Alonso no le vuelva a sentar, para que le vuelva a dar un protagonismo y una importancia que no se ha ganado sobre el terreno de juego. El día del Olympicos fue una excepción, jugó un partidazo, sí, en ataque, que eclipsó su pobre actuación en defensa, la misma que tuvo en el parido de ayer, la misma de toda la temporada pasada y en este curso. Porque echarse dos carreras para defender en momentos puntuales, no es defender, no es ayudar.

Si estas actuaciones las compensara con incidencia, con goles, con asistencias, como ha hecho en otros momentos de su carrera, estaría justificado, pero no es el caso. Xabi Alonso le sentó, le quiso hacer ver la importancia del grupo, y este la lío. Desde entonces, lo ha jugador casi todo, pero ni asiste, ni marca. Lleva once partidos consecutivos sin ver la puerta rival, desde la victoria del Real Madrid el pasado 1 de octubre ante el Villarreal. Eso sí, ahora lo juega todo, ahora sí tiene la confianza y los minutos que a él le da la gana, porque una vez más, el club le permite hacer lo que le da la gana.

Vinicius, sin confianza

Desde luego que Vinicius, en ataque, lo está intentando. No se borra, pide el balón, encara, y busca la portería contraria, pero no es capaz de generar peligro. Contra el Celta, apenas pudo desbordar por la banda izquierda, intentó varios remates a puerta, sin éxito. Cada vez está más claro que solo Mbappé es capaz de tirar del equipo, y si faltan sus goles, el equipo no tiene alternativas, el brasileño debería serla.

Un pulso ganado en el vestuario

Xabi Alonso detectó el problema con el brasileño desde el inicio, y quiso buscar las herramientas para corregirlo. Usó las que tiene disponibles como entrenador, la de enseñarle que cuando no hay rendimiento, hay otros que pueden estar por delante de él. Todo derivó en lo que ya se conoce, y desde el episodio vivido en Barcelona, es como si el tolosarra hubiera reculado, porque ahora, el brasileño lo juega prácticamente todo. Su influencia y el poder mediático que genera le ha hecho ganar una batalla personal, pero que no ha tenido nada de positivo en un equipo que sigue a la deriva.

Este miércoles, el brasileño tiene la oportunidad de demostrar ese cambio de actitud que no acaba de llegar, y tiene que hacerlo en un partido donde el trabajo colectivo es esencial para poder doblegar a un equipo que va en ascenso. Se espera que el Manchester City deje espacios, ideal para correr, pero para correr, hay que robar balones, y para robar balones, hay que correr, hay que trabajar. El equipo se juega mucho este miércoles y necesita de sus estrellas, necesita del mejor Vinicius, una versión que el madridismo parece haber olvidado, porque hace mucho que no aparece.

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