Vinicius volvió a tener un gran impacto: el sistema que más le favorece en el Real Madrid

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Vinicius reencuentra la sonrisa con Xabi Alonso. En la victoria por 0-3 del Real Madrid ante el Athletic Club en San Mamés, el brasileño no marcó, tampoco asistió pero sí bailó al ritmo de sus regates y de su intensidad. En el 4-4-2 del tolosarra, el internacional brasileño jugó de segundo delantero, orientado hacia su costado zurdo. Y respondió con autoridad. Rozó el tanto, en dos ocasiones, pero Unai Simón fue imperial y le tapó cualquier oportunidad de enjaular. También tocó el palo. El gol le sigue escapando, pero su energía va cada vez a más. En la Catedral, el ‘7’ mostró toda su chispa y salió del verde con un abrazo de su entrenador. Ya no hay caso Vinicius.

Vinicius enciende la chispa en San Mamés

En San Mamés, Vinicius rozó reencontrarse con el gol. El carioca lleva desde el 4 de octubre sin enjaular con los merengues. Pero lo intenta, siempre lo intenta. En Atenas, contra el Olympiacos. Estuvo cerca… pero Michael Oliver le arruinó la fiesta por un fuera de juego de Kylian Mbappé. «Me da mucha pena el gol anulado. Ayer lo hablamos… Le habría dado una buena sensación ese gol. Además, era un gol muy suyo«, contó en la rueda de prensa posterior al encuentro. Eso sí, salió del Pireo con un doblete de asistencias. En Montilivi, Vini volvió a lucirse. De hecho, provocó el penalti que desembocó en el gol del empate. Durante todo el encuentro, el extremo derecho fue un puñal.

Y en San Mamés, el patrón se repitió. Jugó 78 minutos. Pero fueron 78 minutos de chispas y alegría. Además, las gradas de la Catedral le encendían. A gritos de «Vinicius balón de playa» y de «tonto», el carioca sacó toda la artillería para silenciar a los bilbaínos. No tuvo ningún gesto feo. Todo lo contrario. Cada regate, cada falta obtenida, cada tiro era una declaración de intenciones. Sólo faltó el gol para coronarse. Pero Unai Simón, en dos ocasiones, le negó el paso.

Totalmente enchufado con Mbappé…

Y otra cosa que se pudo en San Mamés es la armonía que fluye entre él y Kylian Mbappé. Ya en El Pireo, el carioca y el francés demostraron que se podían entender. El ’10’ firmó un póker, con dos asistencias del nativo de São Gonçalo. En Montilivi, Vini provocó el penalti y directamente le entregó el balón a su compañero para que lo liquide. Y en la Catedral… mismo guion.

Kylian Mbappé fue su mayor apoyo en San Mamés. El francés no se quedaba indiferente con los cánticos que lanzaban las gradas. Entonces, en cada buena jugada del brasileño, el ’10’ se acercaba al carioca para felicitarle y animarle. Siempre dándole palmadas o abrazándole. Mbappé no sólo marca goles, también es un líder en el campo. Xabi Alonso lo sabe muy bien y reconoce los esfuerzos de los dos delanteros. «Kylian está en un muy buen momento. Ha vuelto a meter dos golazos, la movilidad que ha tenido con Vinicius ha sido muy buena… hemos tenido muy buena concentración, intensidad, ritmo…«, explicó el tolosarra en la rueda de prensa posterior al partido. Además, Federico Valverde también recalcó las actitudes defensivas de ambos: «Siempre es bueno ver defender a Vinicius y Mbappé como hoy». Están enchufadísimos.

¡y con Xabi Alonso!

Pero una de las imágenes de la noche no fue la química entre Vinicius y Kylian Mbappé, que también, sino la nueva armonía entre el brasileño y Xabi Alonso. Durante todo el encuentro, el tolosarra estuvo respaldando a su pupilo. En cada jugada, cada destello, el donostiarra aplaudía al ‘7’ del Real Madrid. En el minuto 78′, con el 0-3 en el bolsillo, Xabi decidió sustituirle… y Vini no levantó las manos al cielo. Sino todo lo contrario. Acogió a brazos abiertos la decisión de su entrenador y cuando salió del verde, ambos se dieron un caluroso abrazo. Una fotografía muy distinta a la que se observó en el Clásico.

Y es que Vinicius está de nuevo metido en el runrún de Xabi Alonso. Está enchufado con el tolosarra. Lo demuestra en sus últimas actuaciones. En el mes de noviembre, Vini ha sido de lo más salvable siempre. Amén de no encontrarse con el gol, no se le podía reprochar de no intentarlo. Porque en cada encuentro, el ‘7’ fue un puñal que no dejó de acosar a sus defensas. Siempre estaba al acecho. A la espera de transformar una miga de pan en un festín.

Vinicius se encuentra

Las tensiones con Xabi Alonso se van apagando. Partido a partido, regate a regate. Vincius encuentra cada vez más su hueco en el equipo. Antes, no se sentía del todo valorado. Sentía que tenía que hacer mucho más que sus compañeros. Pero el tolosarra le explicó que así no era. Simplemente quería sacar lo mejor de todos sus pupilos. Y ahora, Xabi parece haber dado con la tecla. El carioca baila, sonríe y es decisivo. Sólo se le puede pedir marcar más goles. Pero hasta con eso, Alonso sabe que el ‘7’ lo busca constantemente. Tarde o temprano, caerá de nuevo.

Ahora, en un rol de segundo delantero, orientado hacia su banda izquierda, Vinicius recupera la sonrisa. Tiene más recorrido en el campo. También aparece por el costado diestro, el zurdo seguirá siendo su jardín. Se mueve al ritmo de los regates, de su samba. Es mucho más incisivo, vertical. Le cuesta cada vez menos deshacerse de sus defensas. Es un auténtico puñal. El Real Madrid le necesita así.

Y él necesita al Real Madrid. Su renovación sigue en el aire. Sin embargo, si las actuaciones del brasileño siguen este camino, ambas partes deberán encontrar un acuerdo. Es inevitable. Sería lo mejor para ambos, por mucho que los intereses económicos estén de por medio. Pero por ahora, Vinicius tiene que centrarse en el verde. Lo otro, ya llegará.

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